Los Omega-3 están relacionados con una mejor función ejecutiva en los niños

Según un nuevo estudio llevado a cabo en África Occidental los niños pequeños con niveles más elevados de omega-3 en sangre superaron a sus compañeros en la medida de función ejecutiva.

Las funciones ejecutivas se pueden definir como el conjunto de capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular la propia conducta. Es decir, las funciones ejecutivas son lo que nos permiten establecer, mantener, supervisar, corregir y alcanzar un plan de acción dirigido a una meta. Este conjunto de funciones es de gran importancia, pues lo usamos a diario.

El reciente estudió evaluó a niños de entre 2 y 6 años de edad en Ghana. Los investigadores de la Universidad Estatal de Mitchigan (EE.UU.) y la Universidad de Ciencia y Tecnología Kwame Nkrumah en Ghana llevaron a cabo el estudio en una cohorte reunida al norte del país.

 

Medición de los niveles de omega-3

Los investigadores utilizaron una prueba para medir el índice Omega 3 de los niños.

El índice Omega-3 refleja la cantidad relativa de ácidos grasos omega-3 dentro de las membranas de los glóbulos rojos. El índice se puede medir por métodos analíticos específicos utilizando una muestra de sangre simple. Sus valores nos dan una idea bastante precisa de los niveles globales en el organismo.

Los investigadores señalaron que la típica dieta de Ghana es rica en carbohidratos y proteínas. Pero es típicamente baja en grasas, lo que pone a la población en riesgo de tener muy pocos ácidos grasos esenciales.

Las medidas del índice de Omega 3 tomadas de los niños corroboraron este hecho.

Se invitó a que participaran todos los niños del pueblo, de quienes se seleccionaron 307 para el ensayo. Unos pocos fueron excluidos por tener valores atípicos en las medidas de varios ácidos grasos, lo que podría haber alterado los resultados.

 

Prueba de cartas para la función ejecutiva

Después del test de sangre, los niños completaron una prueba estandarizada para la función ejecutiva que elimina posibles sesgos y diferencias culturales. La prueba se llama Clasificación de Cartas de Cambio Dimensional (DCCS por sus siglas en inglés), una prueba en la que los niños deben clasificar las cartas en base a la forma de la imagen mientras suprimen las reglas previamente aprendidas para clasificar las cartas por color.

La prueba cuenta con una serie de pasos y “condiciones”. Cada paso se puntúa como aprobado o suspendido. Como era de esperar, los niños mayores lo hicieron mejor que los sujetos más jóvenes. Los investigadores descubrieron que los niños con los niveles del índice de Omega-3 más elevados fueron los mejores en general.

 

El omega 3 relacionado con un mejor rendimiento en la prueba

“Nuestros datos generalmente apoyan la hipótesis de que es más probable que los niños con mayores niveles de totales de ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y ácido alfa linolénico) así como DHA y EPA pasen la prueba DCCS, un indicador de función ejecutiva”, escribieron.

Una manipulación más estadística de los datos eliminó el rol del ácido linoleico (Omega-6) y ácido alfa linolénico (Omega-3) de los resultados.

“A pesar del tipo de análisis aquí descrito demostramos que es más probable que los niños con niveles más elevados de DHA total en sangre, n-3 total y el cálculo del índice de Omega-3 pasen la prueba DCCS. De acuerdo con esta observación, los niños con niveles más elevados de ácidos grasos n-3 en sangre tenían más probabilidad de pasar la prueba DCCS”, concluyeron.

 

Nuevas vías de investigación

Esta investigación añade otra pieza al rompecabezas de la investigación de Omega-3. Se han estudiado exhaustivamente los efectos cardiovasculares de EPA y DHA y ahora se están viendo de forma más clara sus beneficios sobre la salud cognitiva y el desarrollo cerebral.

Lo que es intrigante en este estudio es que los resultados confirman los resultados de estudios anteriores que demostraban una relación similar en una cohorte de estudio con sujetos más mayores. Por lo que el efecto impulsor de la función ejecutiva del Omega-3 no parece estar relacionado únicamente con una etapa de la vida. Y la relación parece ser lineal, mientras que para la salud cardiovascular parecen ser necesarios niveles más elevados para empezar a mostrar un efecto.

“Buscamos cualquier pista que pueda haber y este tipo de investigaciones son una pista de que hay una conexión entre los niveles bajos de Omega-3 y una menor función ejecutiva”, dijo uno de los principales investigadores del estudio.

“Esto coincide con los resultados de un estudio que hicimos varios años atrás con soldados instalados en Irak. En este también descubrimos que los niveles más bajos del Índice Omega-3 estaban relacionados con una función ejecutiva más pobre”, afirmó.

“Ninguno de estos será definitivo si no realizamos un ensayo de gran tamaño. Pero esta es una señal de que vamos por el buen camino, por lo que sigamos persiguiéndolo”, concluyeron.

 

Referencias

Adjepong M, Yakah W, Harris WS, Annan RA, Pontifex MB, Fenton JI. Whole blood n-3 fatty acids are associated with executive function in 2-6-year-old Northern Ghanaian children. J Nutr Biochem. 2018 Jul;57:287-293.

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