Los investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) han observado una conexión entre el consumo de setas (partes comestibles de los hongos) y el riesgo de deterioro cognitivo en un estudio poblacional.
Realizado entre 2011 y 2017 por el equipo del Departamento de Psicología Médica y el Departamento de Bioquímica en la Universidad Yong Loo Lin School of Medicine, en el estudio se realizó una encuesta a más de 600 chinos de Singapur mayores de 60 años.
Los investigadores condujeron el estudio, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, con el apoyo del Instituto de Ciencias de la Vida y el Mind Science Centre de NUS, así como del Ministerio del Consejo de Investigación Médica Nacional de la Salud.
Informaron que los ancianos mayores de 60 que consumían más de 2 porciones estándares de setas a la semana podían reducir su riesgo de deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés).
Los investigadores definieron una porción estándar como ¾ de taza de setas cocinadas que pesaban aproximadamente 150 gramos de media. Añadieron que incluso una porción a la semana podría reducir el riesgo de MCI.
Investigación de los ingredientes
Este efecto del consumo de setas se atribuía a un único ingrediente común que se encontró en los 6 tipos de hongos medicinales diferentes de los que se hace mención en el estudio. El ingrediente, conocido como ergotioneina (ET), se conoce como un antioxidante único con propiedades antiinflamatorias que no puede sintetizarse por el cuerpo humano, pero se puede obtener por fuentes dietéticas como las setas.
Este hallazgo es consistente con un estudio previo del mismo equipo que evaluó personas ancianas de Singapur y descubrieron que los niveles plasmáticos de ET en aquellos con MCI eran notablemente más bajos que los ancianos saludables de edad similar.
Esto los llevó a hipotetizar que la deficiencia de ET podría ser un factor de riesgo para la neurodegeneración y que el aumento del consumo de ET a través de la comida podría apoyar la salud cognitiva.
El Dr. Irwin Cheah, un compañero de investigación del Departamento de Bioquímica cometó: “Debido a su elevado consumo de oxígeno el cerebro es propenso al estrés oxidativo. Numerosos estudios han demostrado que el ET es capaz de eliminar ciertas especies de oxígeno reactivo (ROS, por sus siglas en inglés) y podría posiblemente proteger el cerebro del daño oxidativo”.
“Nosotros (y otros grupos) hemos demostrado que el ET podría proteger contra el beta-amiloide, un péptido implicado en la enfermedad del Alzheimer, mediante la prevención de la formación de oligómeros. Otros grupos también han demostrado que el ET puede proteger las neuronas en varios modelos in vitro e in vivo”.
“Las setas también contienen una miríada de otros compuestos y estos también pueden ser beneficiosos en la prevención o ralentización del deterioro cognitivo, pero, por ahora, nuestra investigación se centra en ET”.
Además de ET, se dice que otros compuestos que se encuentran en las setas podrían ayudar a reducir el riesgo de MCI. Estos incluyen ciertos hericenonas, erinacinas, escabroninas y dictioforinas que pueden promover la síntesis de los factores de crecimiento nervioso.
Además, los compuestos bioactivos de las setas también pueden prevenir la neurodegeneración mediante la inhibición de la producción de beta-amiloides y tau fosforilada, así como acetilcolinesterasa.
En cuanto a si había diferencias significativas entre los diferentes tipos de setas utilizados en el estudio en lo que a la prevención o ralentización del MCI respecta, Cheah dijo: “No investigamos los efectos de MCI entre los diferentes tipos de setas, ya que los tamaños de las muestras eran demasiado pequeños”.
“No hay diferencias en los niveles de ET entre los diferentes tipos de setas, pero se debería destacar que la mayoría de las setas contienen niveles de ET mucho más elevados en comparación con otros alimentos, por lo que, en general, se puede decir que la mayoría de las setas son beneficiosas”.
Consideración cognitiva
Los investigadores también se aseguraron de determinar el MCI de los participantes. MCI se considera el estado entre el deterioro cognitivo regular en el envejecimiento y un deterioro más severo, como en la demencia.
Los signos comunes de MCI son la pérdida de memoria y el olvido, así como la función cognitiva comprometida en áreas como la atención, el lenguaje y las habilidades visuoespaciales.
Estos cambios son a menudo sutiles y los ancianos con MCI generalmente no experimentan déficits cognitivos que afectan a las actividades cotidianas, algo que los pacientes con Alzheimer o demencia experimentan normalmente.
Los investigadores quisieron determinar si los participantes del estudio rindieron peor en las pruebas neuropsicológicas estándares que sus compañeros con niveles de educación similares.
Realizaron entrevistas extensas y pruebas que tuvieron en cuenta los datos demográficos, historial médico, factores psicológicos y hábitos dietéticos. Un enfermero midió su presión sanguínea, peso, altura, fuerza de agarre y velocidad al andar antes de realizar pruebas de ansiedad, cognición y depresión.
A continuación, se realizó una evaluación de neuropsicología estándar de 2 horas con puntuaciones de demencia y los resultados generales de las pruebas se estudiaron de forma exhaustiva con psiquiatras cualificados antes de llegar a un consenso diagnóstico.
Lo que está por venir
Además de reducir el riesgo de MCI, se descubrió que el consumo de setas beneficiaba a aquellos que ya experimentaban MCI. Investigaciones anteriores respaldaban esta conclusión.
El profesor asistente Feng Lei, del Departamento de Medicina Psicológica, dijo: “un pequeño ensayo de Japón informó sobre mejoras de la cognición entre los individuos con MCI después de consumir polvo de setas secas durante 16 semanas”.
Impulsados por estos hallazgos positivos, el equipo de investigación está considerando realizar otro estudio utilizando un compuesto de ET puro y otros ingredientes vegetales como la L-teanina y catequinas de las hojas de té, para determinar si estos fitonutrientes pueden prevenir el deterioro cognitivo o retrasarlo en los sujetos con MCI.
Feng dijo: “Estamos planeando un estudio sobre los beneficios cognitivos de una nueva formulación de nutracéutico o suplemento. Planeamos combinar diferentes fitonutrientes en base a los hallazgos de este estudio y otros muchos estudios que hemos realizado en la última década”.
“Nos centraremos en adultos mayores con signos tempranos de deterioro cognitivo y aquellos que tienen APOE e4, un factor de riesgo genético para la enfermedad del Alzheimer. Sin embargo, este estudio está aún en fase de planificación, por lo que no podemos compartir más detalles por el momento”.
En un futuro más lejano, Feng y su equipo también trataran de determinar con precisión los factores dietéticos que podrían estar relacionados con el envejecimiento cerebral saludable y un riesgo reducido de las condiciones relacionadas con la edad.
Referencias
Feng L, Cheah IK, Ng MM, Li J, Chan SM, Lim SL, Mahendran R, Kua EH, Halliwell B. The Association between Mushroom Consumption and Mild Cognitive Impairment: A Community-Based Cross-Sectional Study in Singapore. J Alzheimers Dis. 2019;68(1):197-203.