Son muchos los beneficios nutricionales de los hongos medicinales, de hecho poseen poderosas propiedades antioxidantes e inmunoestimulantes. Además, son una rica fuente de fibras prebióticas y una fuente dietética de vitamina D. Es un alimento milenario, que se remonta a las antiguas culturas egipcia y china, para promover la longevidad y tratar diversas enfermedades.
Recientemente, variedades específicas de hongos han resurgido en el centro de atención y han inundado los estantes de las tiendas de alimentos saludables. Esto se debe a sus propiedades nootrópicas, especialmente su capacidad para mejorar la función mental, la cognición y el rendimiento físico.
Fuente de proteína
Más allá de su amplia gama de valores medicinales, los hongos comestibles se jactan por su contenido nutricional. Estos hongos se consideran una excelente fuente de proteína digerible a base de plantas. De hecho, en poblaciones que no consumen proteínas animales, los hongos se usan para combatir la deficiencia de las mismas y como suplemento de los cereales. Estos hongos tienen una composición de aminoácidos de cadena ramificada alta, que generalmente solo se encuentra en fuentes de proteínas de origen animal.
Por otra parte, tanto los hongos cocidos como los no cocidos contienen proteínas de alta calidad que se absorben fácilmente y son biodisponibles, lo que denota su superioridad con respecto a otras fuentes de proteínas. En un estudio cruzado aleatorizado se evaluó la diferencia en los niveles de saciedad entre los champiñones y la carne. Según indican los resultados, los participantes expresaron significativamente menos hambre y una mayor sensación de saciedad después de consumir la comida de hongos en comparación con los participantes que comieron carne.
Cómo ingerir hongos medicinales
Existen diferentes formas de consumir estos hongos, una de las más novedosas es hacerlo en polvo, concretamente proteína a base de plantas fermentadas con shiitake. Esta forma de proteína en polvo es una opción sabrosa con un sabor neutro y terroso. Además, coincide con los perfiles de aminoácidos de los aislados de suero y soja, validando el potencial para el uso terapéutico.
La proteína a base de champiñones es una opción adecuada para aquellos que sufren de alergias o que no pueden consumir proteínas a base de suero, soja o trigo. Debido a que aporta aminoácidos y tiene altas cantidades de los codiciados BCAA, también puede ser una gran opción para pacientes atléticos o altamente activos debido a su papel en la construcción muscular y la quema de grasa.
La composición proteica completa que se encuentra en los hongos es una gran alternativa para cerrar la brecha entre los veganos y los vegetarianos. Pueden consumirse en otras fuentes tradicionales de proteínas a base de plantas como el guisante, el arroz y otros granos y legumbres.
Personas con problemas de indigestión
Por último, debido a su alta digestibilidad, las fuentes de proteínas de hongos pueden ser una opción superior para aquellos con problemas de indigestión o malabsorción. Especialmente aquellos con enzimas reducidas y ácido estomacal que no pueden digerir adecuadamente las proteínas animales. En resumen, la ingesta de proteínas derivadas de hongos puede ser una sugerencia ventajosa para mejorar la salud en general.
Referencias
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